Hay ciertos aspectos que los inquilinos tienen más en cuenta a la hora de alquilar un inmueble en 2025. Uno de ellos tiene que ver con la sostenibilidad, por eso es importante contar con un certificado energético en vigor. Hoy, analizamos las ventajas de contar con una calificación alta y cuánto de más podrías llegar a cobrar por un alquiler mensual.

En el mercado inmobiliario actual, la eficiencia energética es un aspecto que cada vez valoran más los inquilinos. Además, desde junio de 2013 es obligatorio disponer del certificado energético de la vivienda para alquilarla (o venderla). Es decir, no es opcional ni es una alternativa, sino que no contar con el certificado puede acarrear sanciones económicas al propietario.
El certificado energético es un documento que sirve para informar sobre el consumo energético y la eficiencia de un inmueble. Por ejemplo, le asigna una letra, que puede ir de la A hasta la G, de más a menos eficiente respectivamente.
Para asignar la letra correspondiente se analizan distintos factores como el nivel de aislamiento de la vivienda, la orientación, los sistemas de calefacción y refrigeración y el uso de energías renovables.
Gracias a esta información, el inquilino puede hacerse una de los costes que puede tener calentar la casa en invierno o mantenerla fresquita en verano. Al final, un piso con una buena calificación, con letra A o B, se alquilará más rápido y por más dinero que uno que tiene la letra G, dado que se traduce en menor consumo, mayor confort y un menor impacto ambiental.
Cada vez más personas priorizan la eficiencia energética cuando buscan vivienda, por todas las ventajas que comentamos. Además, las viviendas con mejor calificación energética suelen tener un alquiler más alto, porque se lo pueden permitir y porque los inquilinos están dispuestos a pagar más. Por eso es tan interesante tenerlo en cuenta a la hora de alquilar un inmueble.
Si estás valorando alquilar una vivienda y quieres mejorar la eficiencia energética, el aislamiento es una de las partes fundamentales. Claro que, en muchos casos puede requerir de una reforma integral, que no es precisamente económica. Al igual que el uso de energías renovables como aerotermia o paneles similares.
Sin embargo, existen alternativas más económicas que te pueden ayudar a incrementar la eficiencia energética del hogar. Por ejemplo, invirtiendo en electrodomésticos más eficientes. Hoy en día encontrarás opciones con letra A y de bajo consumo, estupendos a largo plazo y que pueden llamar la atención de los potenciales inquilinos.
Los propietarios pueden pedir un precio más alto porque la vivienda genera menos gastos mensuales en suministros, algo que valoran mucho los inquilinos que quieren disfrutar de una buena calidad de vida y/o tienen pensado estar muchos años en ese mismo inmueble.
Además, también es interesante el ahorro a largo plazo. Aunque el alquiler de una vivienda más eficiente energéticamente pueda ser más alto, a largo plazo compensa, dado que se traduce en facturas de luz más bajas. Y no solo eso, sino también el confort diario que supone vivir en un piso más aislado.
Por tanto, habrá inquilinos que lo prefieran por ese guiño a la sostenibilidad, pero otros por el ahorro. Al fin y al cabo, cuanto mejor sea la calificación del inmueble, menos energía necesitará para funcionar.
La preocupación por el medio ambiente y por tratar de ahorrar al máximo mes a mes en las facturas de luz ha llevado a los inquilinos a priorizar este aspecto al alquilar un inmueble. Al final, no es igual pagar 50 euros de luz que 100, pero tampoco es igual vivir confortable que pasar frío debido a un mal aislamiento. Por eso, se puede llegar a cobrar más por viviendas que tienen una mejor calificación energética.
Se estima que al menos un 10 o 20 % más. Es decir, en una vivienda de 900 euros, hablamos de poder cobrar entre unos 90 y unos 180 euros más al mes, lo que al año se puede traducir en unos dos mil euros de diferencia. Rápido se recupera la inversión.
Sí. Sin duda es una inversión que compensa a ambas partes, inquilinos y propietarios. Al final, tiene un impacto directo, dado que el ahorro es instantáneo. Por tanto, siempre se percibe como algo muy positivo.
Si un inquilino duda entre dos inmuebles y cuestan similar o uno es un poco más caro pero tiene una calificación más alta, es posible que elija esta opción.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Sabías que era tan importante la certificación energética a la hora de alquilar un inmueble?