Si tienes una cartera de viviendas, es importante que con el paso del tiempo vayas haciendo seguimiento, para conocer la rentabilidad real que te generan. En esta guía te contamos cómo realizar una revisión anual del rendimiento de tu cartera inmobiliaria, de manera sencilla y rápida.
La gestión de una cartera inmobiliaria es crucial y requiere de una atención continua por parte de los inversores. Con el mercado inmobiliario en auge y en constante cambio, cada cierto tiempo toca revisar la cartera. Al final, no se trata únicamente de comprar, sino también de ver cómo evoluciona lo que compramos.
Es indispensable revisar la cartera al menos una vez al año, para ver cómo vamos. Es importante hacerlo para evaluar el rendimiento que genera cada inmueble, pero también el conjunto de la cartera.
Esa revisión anual es clave para ver si todo funciona o si es necesario hacer algún ajuste. Es una forma rápida de ver qué propiedades generan más rentabilidad y cuáles menos, para organizar tu cartera conforme a tus necesidades. Así podrás tomar mejores decisiones sobre la marcha.
Es fundamental seguir una metodología. Bajo ningún concepto debe hacerse de forma improvisada. Para ello, necesitas recopilar toda la información que tengas sobre tus inmuebles, como el precio de compra, el precio de alquiler o de venta, posibles derramas, gastos que genera el inmueble, etc. Todos estos datos te dan la información necesaria para poder calcular la rentabilidad real.
Con todos los datos sobre la mesa, no solo podrás solo conocer la rentabilidad real de tus viviendas alquiladas, sino saber si este año ha sido mejor o peor que el anterior. Al comparar, podrás saber si estás mejor o peor, para ver si puedes seguir cómo estás o hacer algún cambio.
Al hacer la revisión es posible que te encuentres con propiedades muy rentables, pero también con propiedades con una alta rotación de inquilinos, que no te generan la misma rentabilidad. Por eso es importante hacer una revisión anual, para conocer estos datos y ver en qué situación te encuentras para mejorar la rentabilidad de tu cartera.
La forma más sencilla para conocer la rentabilidad de un inmueble es la siguiente: rentabilidad bruta (%) = (Ingresos anuales por alquiler/Precio de compra) x 100. Por ejemplo, si compras un piso de 200.000 euros y lo alquilas por 800 euros al mes, la rentabilidad bruta sería un 4,8 %. A partir de ahí, restando gastos e IRPF, te sale la rentabilidad neta.
Si esa rentabilidad te resulta escasa, al conocerla podrás tomar mejores decisiones sobre tus inmuebles. Sin embargo, si no la conoces no podrás hacer cambios que te permitan cambiar las cosas.
Una de las ventajas de realizar la revisión anual de la cartera es para descubrir si estás fijando precios realistas para tus inmuebles y si eres competitivo en el mercado.
Ten en cuenta que unos precios demasiado bajos pueden lastrar la rentabilidad de tu inmueble, mientras que unos precios altos y fuera del mercado puede hacer que no se alquile ni se venda, y una vivienda cerrada solo te da gasto.
La información es poder y te permite tomar mejores decisiones. Hay inmuebles que pueden dar más rentabilidad que otros, como por ejemplo los pisos céntricos, primeros sin ascensor o de dos habitaciones. Detectar este tipo de patrones o tendencias te permitirá saber qué es lo que mejor funciona, para aumentar tus rentabilidades a futuro.
En ese caso, podrías tener que cambiar la estrategia. Ten en cuenta que no todos los inmuebles son iguales, por eso lo ideal es hacer esta revisión todos los años, para conocer la situación y caminar hacia inmuebles que te generen altas rentabilidades.
Esta información te permitirá conocer tus inmuebles más rentables y analizar qué falla y qué cambios puedes hacer. Por ejemplo, posibles reformas o mejoras. Además de saber en qué casos puede resultar más rentable alquilar o comprar.
Recuerda tener todos los datos de tus inmuebles en un software de gestión de alquileres como Rentger, para que te sea más fácil conocer la rentabilidad generada cada año. Pruébalo gratis.