Cómo gestionar las fianzas, depósitos, garantías y fondos de mantenimiento de un alquiler tanto si eres propietario como inquilino. Cómo gestionar las fianzas.
A la hora de alquilar pisos, es posible que tengas que lidiar con la fianza. Algunos propietarios la exigen, otros por el contrario no. Pero, ¿lo sabes todo sobre la fianza de un alquiler? Tanto si eres un futuro inquilino como propietario, esto te interesa…
El auge de los alquileres es una realidad. En España, cada vez más personas deciden alquilar una vivienda versus comprar. Es una tendencia que parece haber venido para quedarse y que tiene muchísimas ventajas.
Claro que, a la hora de gestionar el alquiler de un piso, los propietarios piden garantías como una fianza o aval. Recordemos que, la fianza es el depósito que realiza el inquilino al arrendador. Se suele entregar en metálico después de firmar el contrato del alquiler, cuyo importe aparece referenciado en este.
¿Por qué se pide la fianza? Normalmente, se exige a modo de seguridad, garantizando al propietario que el inquilino cumplirá con sus obligaciones o que al menos tendrá un mes pagado extra; tanto si decide dejar de pagar o si rompe algo. En cualquier caso, quedaría cubierto.
Pero, ¿lo sabes todo sobre la fianza del alquiler? Seguramente no. Es más, hay una serie de datos curiosos que puede que desconozcas por completo…
¿Sabías que te pueden devolver la fianza hasta 30 días después de dejar el piso? Si bien es cierto que hay propietarios que devuelven la fianza al momento, después de revisar rápidamente que esté todo bien. Claro que, la normativa establece que el dueño tiene 30 días para devolverlo (como máximo).
En ese tiempo, el propietario revisa la vivienda para ver que todo está en perfectas condiciones. En el caso de que algo no esté como se entregó, podría repercutir en el inquilino. Por eso es importante tener cuidado, sacar fotografías de cómo se toma y se deja el piso y negociar máximo 1 mes de fianza.
Otro de los datos más curiosos sobre las fianzas, es el sitio en el que se guarda. Te sorprenderá saber que el propietario no se queda con la fianza.
En el momento en el que alquila una propiedad, el propietario le abona la fianza a la Comunidad Autónoma correspondiente. Por esto mismo hay un plazo para el pago de 30 días desde firmar el contrato.
Lo habitual es pedir 1 mes de fianza. No obstante, dependiendo de la propiedad, de las condiciones del alquiler del piso o del precio, se puede negociar una fianza mayor. Podríamos ir hasta dos o más, porque la ley dice que hay un mínimo, pero no un máximo.
Si es más de un mes, estaríamos más bien ante una garantía de cobro. Quizás para viviendas muy grandes, muy caras o con inquilinos de dudoso pago… Aunque también puede ir asociado al scoring y valoración de inquilinos potenciales. Es en estos casos cuando los propietarios tienden a querer cubrirse más las espaldas.
Pero también es algo que se puede negociar. Es decir, si el propietario exige demasiados meses de fianza, el inquilino puede decirle que un mes o nada. Puede que el propietario acepte si no tiene muchas novias para su piso.
Ojo con esto, porque es más habitual de lo que seguramente imaginas. Realmente, en la práctica si hay quienes pagan el último mes de contrato con la fianza. Sobre todo si se tiene confianza y se sabe que todo va a ir bien.
Pero lo cierto, es que no es legal. El inquilino debe pagar todas las mensualidades, mientras que el dueño debe retener dicha fianza y pedir un presupuesto por los daños ocasionados, si los hubiera.
Si no se cumplen las obligaciones del contrato, podría darse este escenario. Hay varios casos a contemplar, entre ellos:
En el caso de tener que hacer alguna reparación o limpieza, el dinero de la fianza se utilizará para ello. Eso sí, habría que presupuestarlo y devolver la cantidad sobrante.
A la hora de adelantar mucho dinero, es normal tener miedo o preguntarse qué hacer si a la hora de la verdad el propietario se inventa que le hemos destrozado el piso y no devuelve la fianza. Si eso pasa, hay distintas opciones.
Lo suyo es hacer una reclamación amistosa para que el propietario te dé tu dinero. Si no reacciona puedes emprender acciones legales. Puedes recurrir a opciones como el burofax, juicio ordinario o monitorio.
¿Te ha quedado alguna duda o pregunta? Con Rentger podrás llevarlo mejor al gestionar alquileres y que nada se te escape. Olvídate de las incidencias.