En las inversiones inmobiliarias, la rentabilidad de una vivienda no depende sólo de su ubicación, estado o diseño. Uno de los factores más determinantes es el entorno económico del momento, que actúa sobre el valor de las propiedades y los ingresos que pueden generar. Pero, ¿qué es exactamente el entorno económico y todo lo que engloba? Lo analizamos a continuación en detalle.
La economía del momento afecta al precio de la vivienda. Por ejemplo, distintos factores como son:
Todos estos aspectos influyen en la rentabilidad de una vivienda, por eso es fundamental tenerlos en cuenta al invertir en bienes raíces. Porque no todos los momentos son buenos.
La tasa de interés es clave porque afecta al coste total de la hipoteca o del préstamo. Cuando las tasas de interés son bajas, los créditos se vuelven más accesibles a todo el mundo, lo que incentiva la demanda de viviendas. Como consecuencia, puede provocar un aumento en los precios del mercado. Esto mismo es lo que sucedió en el boom inmobiliario de 2008, con la burbuja de crédito.
Sin embargo, si en algún momento sube el Euríbor o los tipos de interés, el coste de la financiación aumenta. Esto podría afectar negativamente tanto al precio de la vivienda como a la rentabilidad obtenida a través del alquiler o de su revalorización.
Otro aspecto esencial a tener en cuenta y que conocemos bien, es la inflación. En períodos de alta inflación, como sucede en estos momentos, el poder adquisitivo de la moneda disminuye, lo que impacta de distintas maneras en el sector inmobiliario.
Si el valor de la vivienda se ajusta al alza con la inflación, la inversión puede protegerse contra la pérdida del poder adquisitivo, haciendo que el activo inmobiliario se convierta en una especie de valor refugio para combatir la inflación.
Sin embargo, si los ingresos generados a partir de los alquileres no se actualizan conforme a la inflación, podría afectar a la rentabilidad real.
Además, la inflación suele estar acompañada de políticas más restrictivas, pudiendo provocar el aumento de las tasas de interés, incrementando todavía más el problema.
El mercado no se comporta igual si las perspectivas de crecimiento son buenas o malas. En un entorno donde la economía crece, se genera un clima de confianza que incentiva tanto la inversión como el consumo. Es sinónimo de que van bien las cosas y eso impulsa la demanda de viviendas, provocando precios más altos y mayores ingresos por los alquileres
Sin embargo, en épocas de recesión o crisis económica, la incertidumbre puede llevar a una disminución en la demanda. Esto podría provocar una caída en los precios y afectar negativamente a la rentabilidad de la inversión inmobiliaria.
La oferta y la demanda en el mercado de la vivienda también está influenciada por el entorno económico. En un escenario favorable, la confianza de los inversores y consumidores aumenta la construcción de nuevas viviendas y el interés por remodelar las existentes, aumentando la oferta.
También puede ocurrir que la demanda supere la oferta, como sucede actualmente. Si eso pasa, los precios de las viviendas y los alquileres subirían, beneficiando a los propietarios.
Sin embargo, si este crecimiento en la oferta no se corresponde con una demanda similar, podría generarse un exceso de oferta, provocando una bajada en los precios y afectando a la rentabilidad.
Las políticas gubernamentales y la regulación del sector inmobiliario juegan un papel clave en los precios de la vivienda y en su rentabilidad. Los impuestos sobre bienes inmuebles, las normativas de alquiler y las regulaciones pueden afectar al rendimiento neto de una inversión.
Por ejemplo, ofrecer incentivos fiscales para comprar o reformar viviendas puede aumentar la rentabilidad, mientras que una regulación demasiado restrictiva o impuestos elevados podrían reducir los márgenes de ganancia y desincentivar la inversión en el sector.
Otro factor que puede afectar al panorama actual de vivienda es la inversión extranjera. En economías estables y con marcos regulatorios favorables, es común que inversores internacionales busquen oportunidades en el mercado inmobiliario.
La llegada de capital extranjero podría provocar un aumento en los precios de la vivienda, llegando a disparar las rentabilidades.
Para conseguir buenas rentabilidades en materia de vivienda, es imprescindible que los inversores se mantengan informados sobre las políticas actuales. Además de tratar de anticiparse a posibles cambios que puedan impactar en sus inversiones.
Al conocer y tener en cuenta todos estos factores, podrás tomar decisiones financieras más inteligentes. También es recomendable que utilices un software de gestión de alquileres como Rentger, para que no se te escape ningún dato.