A la hora de alquilar un inmueble, hay que tener en cuenta que conlleva una serie de gastos para ambas partes, casero e inquilino. Pero, ¿a cuáles debe hacer frente cada parte? Te contamos cómo imputar y gestionar los gastos de la comunidad de propietarios en una vivienda de alquiler.
A la hora de alquilar un inmueble, hay que tener en cuenta que conlleva una serie de gastos para ambas partes, casero e inquilino. Pero, ¿a cuáles debe hacer frente cada parte? Te contamos cómo imputar y gestionar los gastos de la comunidad de propietarios en una vivienda de alquiler.
Invertir en inmuebles para alquilar es una de las mejores inversiones que se pueden hacer. Claro está, que para obtener la rentabilidad deseada y que las cosas salgan bien, es importante hacerlo con cautela y de la manera adecuada, teniendo en cuenta lo que entra y lo que sale.
Para que tanto el inquilino como el casero vayan bien, necesitan tener en cuenta los gastos y los ingresos. Por ejemplo, en el caso del inquilino, no se recomienda destinar más de un 30% de su salario al pago del alquiler. Por lo que, es fundamental sumar todos los gastos asociados a la vivienda y considerarlos; como podría ser este caso de pago de cuota de comunidad de vecinos más mensualidad.
Mientras que, en el caso del propietario, tendría que hacer frente a una serie de gastos a los que está obligado; el pago del IBI, posibles derramas, reparaciones en el piso, IRPF por beneficios, etc.
Pero, en este punto, nos preguntamos: ¿quién asume los gastos de la comunidad de vecinos? Lo habitual es que los asuma el casero, pero hay casos en los que se le repercute al inquilino de la vivienda.
En el momento en el que un inquilino busca un piso para alquilar, es fundamental que este le encaje y que se ajuste al 30% comentado. Pero la trampa está en si tiene que abonar también los gastos de la comunidad, dado que no es lo mismo pagar 8 euros de comunidad de vecinos que 50 euros.
La clave para no equivocarse pasa por leer bien el anuncio y preguntar acerca de las condiciones. Ten en cuenta que, el día del contrato puede toparse con la sorpresa de que tiene que hacer frente a los gastos de la comunidad de vecinos.
Sin embargo, si ya ha hecho frente a la reserva y/o necesita ya el piso para entrar a vivir, lo más probable es que siga adelante. Por eso es fundamental saber que aunque en la mayor parte de los casos es un gasto que asume el casero, puede ocurrir que en el contrato ponga que lo pagará el inquilino.
Es normal que el casero quiera delegar los máximos gastos posibles en el inquilino para tener más ingresos y por tanto conseguir más rentabilidades. Sin embargo, hay dos formas de hacerlo:
En el caso de contratos de alquiler posteriores a la fecha de 1 de enero de 1995, el artículo 20 de la Ley de Arrendamiento señala que las partes pueden pactar que el arrendatario se haga cargo de los gastos.
En el caso de edificios que formen parte del régimen de propiedad horizontal, los gastos correspondientes serán en función del coeficiente de participación. Si están en propiedad vertical serán los asignados en base a la superficie.
Así es como está actualmente en la normativa, por eso es fundamental dejarlo por escrito en el contrato e indicar el importe anual.
Otro dato fundamental a tener en cuenta por ambas partes, es que el importe puede variar. En muchos casos, por la inflación. Es decir, puede que hoy se paguen 40 euros de comunidad y que en 5 años se paguen 50 euros. Es fundamental tenerlo en cuenta para llevarlo bien.
Ahora que sabes todo acerca de quién debe pagar la comunidad de propietarios, es el momento de que lo gestiones como es debido. Para ello necesitas una herramienta como Rentger, que te permite hacer balance de lo que entra y lo que sale. Asuma quien lo asuma, deberá indicarlo como gasto.
Es fundamental tenerlo en cuenta a la hora de alquilar un piso, dado que es un gasto extra que una de las dos partes tiene que asumir. Y es tan importante conocer el dato como saber cómo gestionarlo para que vaya bien.
Por eso también es clave estar al tanto de las posibles subidas de la cuota, para que no haya ningún malentendido.
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