Hay casos en los que puede ser conveniente prorrogar un contrato de alquiler. En la siguiente guía te contamos todo lo que necesitas saber para salir de dudas. Una guía completa con toda la info. ¡Empezamos!
Antes de nada, debes saber que la prórroga y la renovación de un contrato de alquiler no son lo mismo. Aunque estas palabras se puedan utilizar como sinónimos, realmente implican cosas diferentes.
La prórroga implica extender la duración del contrato manteniendo las mismas condiciones existentes, principalmente la duración, que en su mayoría se extiende automáticamente según la ley. Esto es muy interesante, porque suele ser muy conveniente cuando ambos están satisfechos y acuerdan seguir más tiempo con todo tal cual, manteniendo las mismas condiciones.
En cambio, en la renovación del contrato, la cosa cambia. Al tratarse de una renovación es posible incluir nuevas condiciones o modificar las existentes según las circunstancias.
En el caso de que se desee subir el precio del alquiler (por ejemplo), en ese caso deberá llevarse a cabo una renovación del contrato y las nuevas condiciones se deberán negociar entre las partes. Por lo que en esa situación no se podría prorrogar, sino que habría que renovarlo y hacerlo de cero.
Normalmente, los contratos se suelen renovar. Todo depende de la situación de las partes y de si están o no satisfechas.
Pero también puedes realizar un contrato de alquiler con unas buenas condiciones y prorrogar, porque si son aceptables ahora, es posible que lo sean siempre. Así disfrutarás de la tranquilidad y comodidad que supone.
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La duración máxima de un contrato de alquiler es de siete años si el arrendador es una entidad jurídica y cinco años si es una persona física.
Después de este período, el contrato se prorroga automáticamente de manera anual hasta un máximo de tres años, a menos que ambas partes acuerden lo contrario o se produzcan ciertas circunstancias como la notificación de no renovación por parte del arrendador o el arrendatario.
La prórroga de un contrato de alquiler puede ocurrir siempre que ambas partes estén de acuerdo en continuar con el contrato existente, y es posible modificar las condiciones si alguna de las partes lo desea.
Si el contrato no establece un plazo de duración específico, se aplicará la tácita reconducción, que permite la prórroga automática si el inquilino permanece en la vivienda al finalizar el contrato y no se han empleado los medios de notificación para mostrar desacuerdo.
Además, en este punto es importante mencionar que debido a la pandemia de COVID-19, se implementó una prórroga extraordinaria que extiende automáticamente los contratos durante un período máximo de seis meses, manteniendo las mismas condiciones.
Prorrogar un contrato de alquiler puede tener numerosas ventajas para las partes, entre las que destacamos las siguientes:
La decisión de prorrogar un contrato de alquiler depende de tus circunstancias personales y de tu satisfacción con el inquilino actual. Si el inquilino es ejemplar, siempre puede ser la mejor decisión en todos los aspectos.
Si ambas partes están de acuerdo y la prórroga resulta beneficiosa para ambas, puede ser una opción inteligente para mantener la estabilidad y evitar costes y molestias asociadas a tener que empezar de cero.