Antes de dar por finalizado un contrato de arrendamiento, es importante inspeccionar bien la vivienda para comprobar en qué estado la deja el inquilino. Pero, ¿cómo hacerlo? Para muchos propietarios, esta situación puede resultar un tanto violenta. Veamos cómo proceder.
Realizar una correcta inspección es fundamental para verificar el estado de la propiedad, para ver si el inquilino la ha mantenido en condiciones óptimas o si se ha producido cualquier incumplimiento de contrato.
Es un proceso habitual que se hace siempre que el inquilino deja la vivienda de alquiler. Normalmente, el mismo día de la entrega de llaves. Por ejemplo, si el inquilino se va del piso el 30 de marzo, ese día el propietario se acerca a buscar las llaves y a ver el estado en el que deja la propiedad, para ver que todo esté correcto.
Es importante hacerlo para evitar problemas o malentendidos. Además, es un procedimiento habitual, por lo que no será sorpresa para el inquilino. Simplemente habrá que acordar un día para hacer la revisión.
El propietario no puede pasarse sin más a revisar la vivienda, sino que debe informar al inquilino sobre la fecha y hora de la inspección con suficiente antelación, para que pueda dejar el piso vacío y preparado para su inspección. Normalmente, está antelación se refleja en el contrato.
Es recomendable que ambas partes estén presentes durante la inspección, tomar fotografías y hacer un inventario de los elementos presentes en la propiedad. Lo ideal es hacerlo antes y después del alquiler, es decir, antes de que el inquilino entre a la vivienda y después de que abandone el inmueble, para ver si hay desperfecto que no haya sido fruto de un uso normal de la vivienda.
En la revisión del estado de la propiedad se debe documentar cualquier tipo de daño o desgaste ocurrido durante el alquiler. En el informe se debe indicar el estado de la propiedad, el estado de los electrodomésticos y posibles daños o reparaciones que haya que llevar a cabo. Por ejemplo, si en el contrato se indica que no se pueden hacer agujeros en la pared y hay agujeros, se le podrían repercutir al inquilino los costes de repararlos.
Tras la revisión y documentación, es importante que el propietario y el inquilino traten de llegar a un acuerdo. Por eso es tan importante hacer un informe antes y después, mejor si es con fotos.
Si la propiedad se entrega en buen estado, el inquilino podrá recuperar la fianza. Sin embargo, si hay daños que no son fruto de un desgaste normal, el propietario podría utilizar una parte de la fianza para cubrir las reparaciones.
Si al finalizar el contrato de alquiler el inquilino no entrega la propiedad en las condiciones adecuadas, el propietario puede retener una parte o toda la fianza para cubrir los gastos de las reparaciones.
Normalmente, el propietario solicita presupuesto a un profesional para que le haga una factura recapitulando los gastos de arreglar los desperfectos. Un coste que le repercute al inquilino (en el caso de ser su culpa o no ser un desgaste normal).
Si los daños son significativos, el propietario podría emprender acciones legales contra el inquilino para reclamar los costes.
Para recuperar la fianza, el inquilino debe dejar la vivienda en buen estado. Lo habitual es realizar una inspección junto al propietario, realizar un informe fruto de la inspección y, por último, pedir la devolución de la fianza por escrito.
El propietario está obligado a devolver la fianza dentro del plazo establecido en el contrato, descontando cualquier cantidad necesaria para cubrir reparaciones en la vivienda (en el caso de que se encuentre algún desperfecto). Normalmente, el plazo es de 30 días desde que finaliza el contrato.
Es importante seguir estos pasos a la hora de inspeccionar la vivienda y dejar la propiedad, para evitar problemas o conflictos entre las partes. También es importante tener un poco de paciencia, dado que a veces puede ser complicado saber si se trata de un desgaste normal o fruto de un mal uso.
Para conocer la rentabilidad real que genera un inmueble, recuerda anotar en una herramienta de gestión de alquiler como Rentger todos los gastos que te genera en cuanto a mantenimiento o imprevistos. Además, te ayudará a hacerte una idea sobre los gastos reales ‘medios’ de alquilar un inmueble.
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