Uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los propietarios, es que los inquilinos tengan problemas con los vecinos. Recibir quejas vecinales nunca es agradable. Veamos cómo gestionarlo de la manera adecuada.
Uno de los aspectos más delicados para los propietarios es manejar los conflictos que pueden surgir en la comunidad, especialmente cuando los vecinos formulan quejas que afectan directamente a los inquilinos.
Estas situaciones, si no se abordan de la manera adecuada, pueden deteriorar la convivencia, generar tensiones con la comunidad e incluso poner en riesgo la estabilidad del alquiler. Ante esta tesitura, es fundamental saber cómo actuar si recibes quejas de los vecinos sobre tus inquilinos.
La realidad es que vivir en comunidad implica un cierto nivel de convivencia y respeto mutuo. Sin embargo, es natural que en ocasiones puedan surgir molestias, sobre todo si los inquilinos son especialmente sensibles a los ruidos.
Por lo general, lo siguiente:
Aspectos como el ruido, ensuciar las zonas comunes, aparcar mal o tener mascotas cuando está prohibido son aspectos que pueden deteriorar gravemente la convivencia entre inquilinos y vecinos. Más aún si el ambiente era bueno hasta que se mudaron.
Lo ideal es informar a los inquilinos de que deberán hacer un uso cívico de las instalaciones de la comunidad y de respetar las normas. Por ejemplo, evitar hacer ruido después de las 22:00 horas de la noche.
Es probable que los vecinos no digan nada si un inquilino hace un día una fiesta y se queda hasta tarde con música, pero si lo hace todas las semanas, podría convertirse en un grave problema y afectar a la convivencia.
Cuando suceden estos problemas, normalmente los vecinos suelen acudir directamente al propietario, sobre todo si no tienen relación directa con el inquilino o ya han intentado hablar con él pero no les hace caso.
Como propietario, debes saber que tienes la obligación de lidiar entre las partes. Es importante que no ignores las quejas de los vecinos, porque la realidad es que ignorar el problema solo lo agrava. ¡No merece la pena!
Si no haces nada, los vecinos podrían elevar la queja al administrador de la finca, al presidente de la comunidad o incluso emprender acciones legales si consideran que el problema es grave y no cesa.
Lo más importante es responder con educación, mostrar interés y predisposición a investigar los hechos y solucionar el problema. Si lo haces así, conseguirás mantener una buena relación con la comunidad de vecinos y que todo vaya bien.
No obstante, ojo, porque antes de hablar directamente con el inquilino sobre lo sucedido, es mejor que trates de recabar toda la información posible. Puedes hablar con otros vecinos, para ver si es algo genérico o puntual. También es importante que tengas en cuenta si ya hubo conflictos con otros inquilinos o si es la primera vez.
Es recomendable tratar de contrastar siempre la información para tener una visión más objetiva. En algunas ocasiones, las quejas vecinales surgen a base de malentendidos o de situaciones puntuales, pero no son un problema grave.
Una vez tengas toda la información sobre lo sucedido y el motivo de las quejas de tus vecinos, es momento de hablar con el inquilino. Es importante que tengas un tono profesional y empático, para que se abra a ti y te diga la verdad.
Trata de no es acusarle ni de hablarle mal, sino comentarle amistosamente la situación, en búsqueda de una solución.
En este punto, es importante que escuches la versión del inquilino. A veces, el problema deriva de malentendidos o de situaciones que no tienen la más mínima importancia, por lo que es fundamental que se sienta escuchado.
Si confirmas que los vecinos tienen razón, trata de negociar con el inquilino para corregir la situación. Por ejemplo, puedes pedirle que ponga la música más baja, con cascos o que evite hacer ruido por la noche. Al final, son pequeñas cosas que contribuyen a un mejor descanso para los vecinos.
Tras hablar con el inquilino, es recomendable informar a la comunidad de que has solucionado el tema o estás en proceso de hacerlo. Este gesto dirá mucho de ti y ayudará a rebajar los humos en la comunidad.
En el caso de mediar varias veces sin solución, otra opción es enviar un aviso formal al inquilino recordando las cláusulas del contrato relativas a la convivencia.
Es importante que el contrato de alquiler recoja la obligación de respetar las normas de la comunidad, para evitar este tipo de conflictos.