Cuando alquilas una vivienda, una de las primeras recomendaciones es poner los suministros a nombre del inquilino, para evitar que los cargos se los hagan al propietario. Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo con hacerlo de esta manera. A continuación, analizamos los pros y contras de los suministros a nombre del propietario o del inquilino.
Suministros: ¿mejor a nombre del propietario o del inquilino?
La gestión de los suministros (agua, luz, gas, internet…) siempre genera dudas. Es uno de los dilemas de siempre: ¿es mejor que estén contratados a nombre del propietario o del inquilino?
Aunque parece que no, es más que una decisión, dado que tiene implicaciones administrativas y económicas. Veamos los pros y los contras de cada opción y aprende a gestionarlo según tu caso.
Ventajas de poner los suministros a nombre del propietario
- Mayor control sobre el estado de los servicios: al tener los suministros a nombre del propietario, puede tener un mayor control sobre el estado de los servicios y ver que los pagos se realizan de manera puntual. Así se evitan problemas o posibles cortes en el suministro.
- Facilita el traspaso de contratos: cuando los suministros están a nombre del propietario, se puede incluir en el contrato de arrendamiento la condición de que el inquilino se haga cargo de los pagos. Sin necesidad de tener que hacer cambios en los contratos. Esto simplifica el proceso de cambio de titularidad, porque ya no habrá que hacer nada.
- Puede ser más atractivo para el inquilino: algunos inquilinos valoran la comodidad de no tener que hacer trámites adicionales, sobre todo en los casos de arrendamientos de corta duración. Tener los suministros ya dados de alta y gestionados a nombre del propietario puede ser un punto a favor.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Tiene sus contras.
Desventajas de poner todo a nombre del propietario
- El propietario sería el responsable de pagar si hay impagos: si el propietario es el titular de los contratos de los servicios y el inquilino decide no pagar, puede haber conflictos en caso de impagos. La compañía proveedora de agua o de la electricidad le aplicará los posibles recargos o penalizaciones al titular del contrato, que es el propietario.
- Tener que cambiarlo cada vez que hay un cambio de inquilinos: cada vez que un inquilino abandona la vivienda, se debe poner todo de nuevo a nombre del propietario. Una vez vuelve a haber otro inquilino, ya se cambia de nuevo. Puede ser un proceso agotador, de burocracia y papeleo.
Ventajas de poner los suministros a nombre del inquilino
En cuanto a las ventajas de ponerlo a nombre del inquilino, son unas cuentas:
- Mayor compromiso: cuando los suministros están a nombre del inquilino, éste asume directamente la responsabilidad del pago de los servicios. Esto suele generar un mayor sentido de compromiso, haciendo que tienda a quedarse por más tiempo en la vivienda. Por ejemplo, durante años.
- Menos conflictos: con los suministros a nombre del inquilino, queda claro quién tiene la responsabilidad de pagar lo que consume, lo que puede disminuir la posibilidad de conflictos entre inquilino y propietario.
- El inquilino puede personalizar el servicio: el inquilino puede elegir el proveedor de servicios que quiera y ajustar el contrato según sus preferencias, lo que puede traducirse en mejores ofertas, precios o servicios.
- Mayor privacidad: al recaer todos los suministros en manos de los inquilinos, también se tiene una mayor privacidad sobre los servicios contratados y el consumo.
- Lo puedes desgravar si teletrabajas: en el caso de un inquilinos autónomo que teletrabaja y tiene los gastos de los suministros a su nombre, podría deducirse una parte en la renta y pagar menos impuestos.
Desventajas de poner los suministros a nombre del inquilino
En cuanto a las contras:
- Trámites tediosos al principio: el cambio de titularidad de los suministros suele requerir un proceso administrativo incómodo y de papeleo, que puede no valer la pena si va a ser un alquiler corto.
- Puede terminar pagando más: al no contratar los servicios que más le interesan, el inquilino puede terminar pagando más o teniendo servicios de menor calidad, que no son lo que quieren o más caros.
Entonces, ¿qué hacer con los suministros?
Como ves, cada opción tiene sus pros y contras. Depende principalmente de la duración del alquiler y de lo que prefieran ambas partes.
En alquileres de larga duración, se espera una relación estable y de confianza, por lo que estaría bien delegar en el inquilino la responsabilidad de gestionar y pagar los suministros. Sin embargo, en alquileres a corto plazo, quizás no merece la pena.
En cualquier caso, independientemente de la opción elegida, es recomendable incluir en el contrato de arrendamiento una cláusula que establezca claramente las responsabilidades en materia de gestión y pago de los suministros. Es lo mejor para las dos partes. Y tú, ¿cómo prefieres gestionarlo?