Debido a las dificultades que muchos inquilinos tienen para pagar el alquiler, son muchos los que se preguntan si vale la pena aceptar pagos fraccionados del alquiler. Hoy analizamos los pros y contras de esta práctica, que puede empezar a ser común.
A hora de gestionar una propiedad en alquiler, una de las partes más importantes es definir cómo se pagará la renta o mensualidad de alquiler.
Lo más habitual es establecer un pago mensual, pagando generalmente sobre el día 1 y 5 de cada mes. Sin embargo, cada vez más inquilinos le piden a los inquilinos la posibilidad de fraccionar el alquiler en varios pagos al mes. Por ejemplo, mediante pagos quincenales o semanales, para llevarlo lo mejor posible.
Como propietario, es importante valorar si te conviene aceptar o no esta modalidad de pagos. Antes de nada, veamos qué es el pago fraccionado.
El pago fraccionado consiste en dividir el importe mensual del alquiler en varias partes que se abonan a lo largo del mes. Normalmente, el inquilino y el propietario pueden negociarlo a medida, como mediante dos pagos quincenales o cuatro pagos semanales. Las posibilidades son infinitas.
Es una modalidad de pago de alquiler interesante para quienes reciben pagos puntuales. Por ejemplo, autónomos, trabajadores por turnos o personas que cobran por semanas. Además, muchos de estos perfiles tienen problemas a la hora de encontrar un alquiler, por lo que pueden solicitar este tipo de opciones de pago.
Son muchos los propietarios que se preguntan por las ventajas de aceptar los pagos fraccionados. Principalmente, son las siguientes:
Ofrecer esta posibilidad puede ayudarte a atraer a un perfil más amplio de inquilinos, por lo que es muy interesante para quienes tienen problemas para alquilar sus viviendas o buscan una forma de asegurar el cobro.
Además, para inquilinos con ingresos variables, ofrecer esta modalidad puede ayudar a que tengan acceso a una vivienda digna de alquiler.
Fraccionar el pago del alquiler puede ser una buena estrategia para evitar impagos. Ten en cuenta que un inquilino que tiene la opción de pagar en dos o tres veces plazos mensuales, es más probable que cumpla con los pagos. Al fin y al cabo, no es igual pagar 300 euros en tres plazos, que 900 euros de golpe.
También es interesante en épocas de incertidumbre económica, cuando la gente tiende a gastar menos.
Ofrecer facilidades de pago adaptadas a las circunstancias personales del inquilino suele mejorar la relación entre ambas partes. Si el inquilino siente que el propietario entiende sus necesidades, es probable que cuide bien la vivienda y permanezca más tiempo alquilado.
Los pagos fraccionados también tienen desventajas importantes para el propietario, que se deben conocer, entre ellas:
Una de las principales desventajas de fraccionar los del alquiler, es la necesidad de tener que hacer un mayor control de las transferencias recibidas mes a mes. No es igual tener que estar pendiente de una que de dos o tres.
Es importante tener un software de gestión de alquiler de inmuebles, para que no se te pase nada por alto y lleves todo bien registrado bajo control.
No es igual que el inquilino se retrase en un pago mensual que se retrase en los tres parciales. A más pagos, mayor será el seguimiento que tendrás que hacer y las posibles reclamaciones para cuadrar las cuentas. Tenlo en cuenta antes de abrirte a ofrecer esta modalidad de pago a los inquilinos.
Otro aspecto a valorar es el impacto que pueda tener el pago fraccionado del alquiler en el flujo de caja. Si tienes que hacer frente a pagos fijos todos los meses como hipotecas, seguros o gastos que se pagan a principios de mes, recibir los pagos en varios plazos podría dejarte sin liquidez suficiente para ir tranquilo mes a mes.
Si decides ofrecer esta posibilidad, es importante que dejes todo bien atado y por escrito, para evitar retrasos en los pagos. Además, el historial del inquilino también es importante a la hora de tomar una decisión.
En cualquier caso, es el propietario el que tiene la última palabra sobre si aceptar esta modalidad de pago o no. Es una opción más que se puede ofrecer o no, dependiendo de la situación del inquilino. La clave está en gestionar correctamente los ingresos con un buen software de gestión de alquileres.