En la actualidad, la gestión de impagos se ha convertido en una actividad habitual de todas las empresas. 

Muchas personas, por desgracia, terminan con un expediente de impagos debido a diferentes situaciones de su vida cotidiana.

Hoy en día, existen más morosos que pagadores pero, a pesar de ello, la mayoría de los impagos tienen solución si se sigue con cuidado la gestión de cobros y, para ello, te daremos una serie de consejos necesarios a la hora de su implementación.

No a todas las empresas afecta de la misma forma

Al existir grandes cantidades y, sobre todo, diferentes tipos de empresas, los impagos ocasionados por sus clientes no los afectará de la misma forma, y esto se debe a los factores que mencionaremos a continuación:

• El tamaño de la empresa: Las empresas pequeñas o que recién comienzan, son las más afectadas y esto va de la mano del siguiente factor.
• El margen bruto: La mayoría de las empresas que recién inician tienen un presupuesto reducido, por lo que tener clientes morosos afecta en gran medida a las ganancias que podrían haber generado.

Para evitar estos inconvenientes que podrían impactar de manera drástica a tu empresa, se debe seguir una gestión de cobros de impagos adecuado a la situación.

¿Qué tipo de morosos existen?

A la hora de realizar una gestión de impagos, es necesario saber los tipos de morosos existentes:

• Morosos negligentes: Estos morosos en particular son los más descuidados, esto se debe a su falta de interés por su situación financiera.
• Morosos crónicos: Los morosos crónicos son los clientes que persisten con el impago de sus cuotas, a pesar de que pagan, lo hacen después de la fecha de vencimiento. Por lo tanto, su situación financiera continuara como moroso.
• Morosos circunstanciales: A diferencia de los morosos crónicos, los circunstanciales son aquellos que por decisión propia deciden no realizar el pago adeudado. Esto se debe a que se sienten insatisfechos con la compra o hallaron un problema a la hora de adquirir el producto o servicio.
• Morosos casuales: Son aquellos que, a pesar de que pagan a tiempo, debido a problemas personales como la falta de dinero, no pueden abonar algunas de las cuotas que poseen.

Para lograr solucionar estos inconvenientes, a la hora de gestionar los impagos, es necesario y primordial ofrecer un trato amistoso y servicial.

Sabemos que este tipo de situaciones son incómodas, pero es mejor llegar a un acuerdo “pacifico” antes de llevar el problema ante la justicia. Para ello, veamos cómo realizar una gestión de impagos y lograr solucionar tales situaciones.

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Gestión de impagos: Consejos a tener en cuenta

Como hemos anunciado, la gestión de los impagos es un proceso incómodo pero muy necesario si deseas que tu empresa no cierre a causa de la perdida en el margen bruto. Y, para ello, debes considerar lo siguiente:

• Analizar los motivos del impago: Como has visto, existen tipos diferentes de morosos, por lo que es necesario analizar la situación de cada uno para luego proceder a su solución.

En este punto, deberás tener presente un detalle fundamental: en la actualidad la mayoría de las empresas deben tener en cuenta la ley de protección de datos.

 Para no incumplir con esta ley, es necesario analizar todos los documentos que se crearon entre la empresa y el cliente.

• Utiliza herramientas para efectuar las facturas: Existen diferentes herramientas que te pueden ayudar en la gestión de impagos. Este tipo de herramientas mantendrán un orden de los cliente y realizarán un reporte de cada impago que se encuentre en su sistema. Dentro del reporte, se incluye la fecha de vencimiento de la cuota, el nombre del cliente y el importe que aún debe pagar.
• Averiguar los antecedentes del cliente: La mayoría de los clientes morosos no tienden a tener antecedentes, pero existen otros, como los morosos negligentes, que sí poseen una lista larga de antecedentes. Este análisis, a la hora de realizar la gestión de impagos, te permitirá saber qué tan confiable es tu cliente en el momento de enviarle la notificación para que realice el pago de sus cuotas.
• Mantener un trato cordial: Este punto es uno de los más esenciales. Mantener un trato cordial puede prevenir situaciones desagradables pero, sobre todo, en la mayoría de las ocasiones, se puede solucionar el inconveniente sin llegar a mayores. 

El trato cordial no solo evitará situaciones molestas, sino que también le otorgará a tu empresa la distinción que se merece y mantendrá su posición conservadora.

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Otra forma de gestión de impagos

Sabemos que en ciertas ocasiones es necesario e indispensable recurrir a la justicia. Para llegar a este punto, el cliente tuvo que haber ignorado todos los intentos de tu empresa para solucionar el inconveniente de una forma amistosa.

En este caso, para mantener una gestión de impagos ordenada, te recomendamos que tengas la paciencia suficiente durante el tiempo que dure el proceso.

En la actualidad, casi el 80% de los casos se resuelven de forma pacífica y sin recurrir a la justicia, pero el otro 20% termina en manos de un juez.

En el momento de recurrir a esta medida, tendrás que tener a mano toda la documentación que haya generado tu empresa sobre el cliente, hasta incluso las advertencias realizadas por no abonar los impagos adeudados.

A pesar de que la gestión de impagos parece una tarea sencilla, se debe ser muy cuidadoso a la hora de realizarla y, sobre todo, investigar cada caso de manera independiente.

 Esto se debe a que cada cliente tiene una situación diferente y aquí es donde aparecen los tipos de morosos.

De ser necesario, tendrás que acudir a expertos en cobros y prevención de pago, ya que ellos conocen a la perfección que accionar tomar.

Si eres alguien que recién comienza con su empresa, lo ideal es que montes un departamento a la gestión de impagos o, por lo menos, tener un experto de confianza que se encargue de este asunto, ya que eso evitará que tengas que pasar por situaciones