Una de las dudas más habituales que tienen los propietarios y los inquilinos, es acerca de quién paga los gastos de gestión de alquiler. Pero se acabaron las dudas, porque en la siguiente guía expondremos los casos más habituales y sus respuestas.
La nueva Ley de Vivienda del Gobierno ha centrado su atención en el sector del alquiler, donde se introducen una serie de medidas que afectan tanto a arrendatarios como a propietarios.
Una de las novedades más polémicas es que ahora son los propietarios de las viviendas de alquiler los que deben asumir los honorarios de las agencias inmobiliarias.
Antes, la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) establecía que estos gastos corrían a cargo del arrendador sólo en el caso de ser una entidad jurídica, sin tener en cuenta el caso de los propietarios individuales. Pero la nueva normativa busca reducir los gastos y los honorarios inmobiliarios a los que tienen que hacer frente muchas personas cuando buscan una vivienda, por el enorme desembolso inicial que implica.
Al trasladar estos costes al propietario, de alguna forma se alivia la carga financiera que recae sobre los inquilinos, más aún si tenemos en cuenta las subidas en el precio de los alquileres. Por tanto, es una medida que ha sido bien acogida por los usuarios que viven de alquiler y/o se encuentran en la búsqueda de una nueva vivienda.
Por ejemplo, si el inquilino quería alquilar una vivienda de 700 euros, entonces tenía que aportar:
Es decir, para un alquiler de 700 euros, el inquilino tendría que tener ahorrados al menos 2100 euros.
Sin mencionar otros gastos que pudiera tener aparte como un seguro de impago de alquiler o un aval bancario si lo exige el propietario. Además de la posibilidad de que el propietario solicite hasta dos mensualidades de garantía adicional, como permite la legislación.
Si el propietario decidiera solicitar dos mensualidades extra de garantía, hablamos de otros 1400 euros extra, que en total hacen 3500 euros.
Aparte ojo, porque del dinero adelantado para el caso del ejemplo, sólo se devolvería la fianza en el caso de estar todo correcto. El mes de la agencia y el IVA lo perdería, siendo un coste extra de cara a alquilar la vivienda.
Para evitar que el inquilino tenga que adelantar tanto dinero de golpe y pagar a la agencia de su bolsillo, la nueva ley de alquileres es tajante con este tema y desde abril de 2023, el propietario es quien tendrá que asumir los gastos de la gestión inmobiliaria y los de formalización del contrato de arrendamiento.
Los expertos aseguran que esto va a implicar una subida de las rentas. Actualmente, el mercado de viviendas de alquiler es reducido. Podríamos decir que no hay suficientes viviendas, ¡todo se alquila!
Ante la escasez de oferta y la excesiva demanda, los propietarios pueden seguir alquilando aún subiendo los precios. Por lo que podrían repercutir indirectamente a los inquilinos los gastos de la agencia.
Es decir, aunque el inquilino no lo pague directamente, lo paga indirectamente. Por ejemplo, si un piso se alquilaba en 700 euros y el inquilino pagaba 700 euros a la agencia, es posible que el propietario decida subir 60 euros al mes el alquiler, pasando la mensualidad de 700 a 760 euros. Al cabo del año ya quedaría a pre.
La subida de los alquileres se explica de muchas maneras diferentes. Una de ellas es la falta de oferta. Al haber tanta demanda, todo se alquila y los propietarios pueden “pedir lo que sea” porque no les faltan novias. Todo se alquila.
El problema es que este tipo de regulaciones parecen a priori muy atractivas, pero pueden llevar a una clara subida del alquiler medio, porque ningún propietario va a querer perder dinero cuando alquile su vivienda. Al fin y al cabo, la vida sube para todos.
Lo que empiezan a hacer muchos propietarios es a repercutir el coste de la agencia en la mensualidad del alquiler. Por un lado, los inquilinos están más contentos porque no tienen que pagar la comisión de la agencia de su bolsillo, pero de una forma o de otra la están pagando. Eso sí, no de golpe por adelantado.
Sin duda, es una medida que supone un respiro para muchos inquilinos. Sobre todo para los que tienen difícil ahorrar. Pero ya ves que no es oro todo lo que reluce.
¿Qué opinas de esta medida? ¿Crees que realmente favorece a los inquilinos o que todo sigue igual?